Si vienes a visitar Aracena, es interesante que conozcas antes un poco sobre la historia de este pueblo.
Los primeros asentamientos conocidos datan de la prehistoria, como los restos encontrados en la Cueva de la Mora que son de la Edad de Bronce. Las explotaciones mineras hicieron que los romanos se asentaran en estas tierras, seguidos mas tarde por los musulmanes. En la etapa islámica se construyó la alcazaba, sobre cuyos restos se levantó el castillo. La conquista cristiana fue llevada a cabo por el Rey Sancho II de Portugal. Perteneció de forma alternativa a las coronas de Castilla y Portugal, pero la intervención de Fernando III el Santo y su hijo Alfonso X el Sabio, hizo que pasara a formar parte del Reino de Sevilla, en el año 1255. A finales del siglo XIII el rey Sancho IV, empieza a repoblar la zona con gentes procedentes de Asturias, León y Galicia.
Ya en la edad moderna, la ciudad vive momentos de esplendor con la llegada de personajes ilustres, como Benito Arias Montano, quien funda en 1597 una cátedra de lengua latina. También destaca la figura de Sor María de la Trinidad, que fundó el Convento de Jesús, María y José en 1671. Durante años, la ciudad de Aracena perteneció a varios señoríos del Reino de Sevilla, hasta que en 1833, se hizo la segregación por provincias y pasó a ser parte de la provincia de Huelva.
A finales del siglo XIX y principios del XX, la ciudad tiene un gran esplendor y amplía su perímetro urbano. Se empiezan a construir casas señoriales y edificios de gran importancia como el Casino de Arias Montano o el Ayuntamiento, entre otros. El descubrimiento de las Grutas y su posterior apertura al público, las suaves temperaturas veraniegas y las estancias de algunos miembros de la realeza Española, la convirtieron en un importante municipio turístico.